Por nuestra parte, a nadie damos motivo alguno de tropiezo, para que no se desacredite nuestro servicio. 2 Corintios 6:3

Pase lo que pase, compórtense de una manera digna del evangelio de Cristo.
Filipenses 1:27

Todos los que son llamados por Dios al ministerio del evangelio se comprometen solemnemente a una vida de obediencia alegre y de servicio altruista –un compromiso que glorifica a Dios y enriquece a su pueblo. Por este motivo, un ministro:

Buscará la Integridad

Yo sé, mi Dios, que tú pruebas los corazones y amas la rectitud. Por eso, con rectitud de corazón te he ofrecido voluntariamente todas estas cosas. (1 Crónicas 29:17)

  • en el carácter personal.

Exalte a Cristo, no a si mismo. Sea honesto, ni exagerando ni prometiendo demasiado; amante de la paz, no contencioso; paciente, dueño de sí mismo; trabajador, no perezoso. Evite los conflictos de interés y, cuando sea necesario, repórtelos y busque asesoramiento.

  • en el cuidado personal.

Cuide de las dimensiones espirituales, mentales, emocionales y físicas de su persona, porque “sus cuerpos son templos del Espíritu Santo” (1 Corintios 6:19).

  • en la predicación y la enseñanza.

Interprete la Biblia con esmero y aplíquela con discernimiento: “Cuando enseñes, hazlo con integridad y seriedad, y con un mensaje sano e intachable” (Tito 2:7-8). Hable la verdad con amor. Dé el debido mérito a quien lo merezca cuando usa las palabras o ideas de otros.

Será Digno de Confianza

Ahora bien, a los que reciben un encargo se les exige que demuestren ser dignos de confianza. (1 Corintios 4:2)

  • en el liderazgo.

Dé ejemplo de la fiabilidad de Dios en liderazgo para alentar y desarrollar esa misma fiabilidad en los demás. Use el poder y la influencia prudente(mente) y humildemente. Fomente la lealtad.  Dedíquese al bienestar de toda la congregación. Cumple sus promesas. Responda sensible y adecuadamente a las circunstancias y necesidades del ministerio: “Quien puede ser honrado con muy poco también puede ser confiado con mucho, y quien es deshonesto con poco también es deshonesto con mucho” (Lucas 16:10).

  • con información.

Guarde con cuidado las confidencias. Si se trata de un tema que usted será obligado a divulgar, de ser posible, mencione esta circunstancia por adelantado. Comunique sincera y discretamente cuando se le interrogue acerca de personas con tendencias destructivas o comportamientos pecaminosos. Diga la verdad o guarde el silencio: “La gente chismosa revela los secretos; la gente confiable es discreta” (Proverbios 11:13).

  • con recursos.

Sea honesto y prudente tanto con los recursos personales como los del ministerio. Rechace cualquier regalo que pudiera comprometer al ministerio. Asegúrese de que todas las ofrendas designadas se usen para su propósito estipulado: “Si ustedes no han sido honrados en el uso de las riquezas mundanas, ¿quién les confiará las verdaderas?” (Lucas 16:11).

Buscará la Pureza

Que nadie te menosprecie por ser joven. Al contrario, que los creyentes vean en ti un ejemplo a seguir en la manera de hablar, en la conducta, y en amor, fe y pureza. (1 Timothy 4:12)

  • en mantener la pureza sexual. Evite comportamientos sexuales pecaminosos y relaciones inapropiadas. Resista la tentación: “Entre ustedes no debe haber ni una mención de inmoralidad sexual” (Efesios 5:3a).
  • en formación espiritual.

Busque con toda seriedad la ayuda del Espíritu Santo para guiarlo y ayudarlo en su crecimiento espiritual. Sea fiel en mantener un corazón devoto al Señor. Sea consistente y deliberado en la oración y el estudio. “Llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo” (2 Corintios 10:5).

  • en teología.

Estudie la Biblia regular(mente) y cuidadosamente para entender su mensaje, y abrace la doctrina bíblica. En la estructuración teologica, considere la enseñanza bíblica como la máxima autoridad por encima de todas otras fuentes de información.

  • en la práctica profesional.

Identifique a un ministro/consejero que pueda proveer asesoramiento y consejos personales cuando los necesite. Desarrolle una concientización de sus propias necesidades y vulnerabilidades. No se aproveche de las vulnerabilidades de los demás a través de la explotación o la manipulación. Enfrente la mala conducta de otros miembros del clero directamente o, si es necesario, a través de las personas indicadas que los supervisan.

Adoptará Responsabilidad

Cuiden como pastores el rebaño de Dios que está a su cargo, no por obligación ni por ambición de dinero, sino con afán de servir, como Dios quiere. No sean tiranos con los que están a su cuidado, sino sean ejemplos para el rebaño. (1 Pedro 5:2-3)

  • en las finanzas.

Promueva prácticas de contabilidad aceptadas y auditorías regulares. Asegúrese de que los fondos sean usados para los propósitos asignados del ministerio.

  • en las responsabilidades del ministerio.

Asegúrese de que exista una claridad en la estructuración de autoridad, el proceso decisorio, la descripción de las posiciónes y la política de responder a las quejas. Dé ejemplo, practicando la responsabilidad en los niveles organizacionales más altos.

  • en una denominación u organización de ministerio.

Cumple con las normas y expectativas de la confesión religiosa, incluso los informes regulares.

Facilitará la Imparcialidad

Hermanos míos, la fe que tienen en nuestro glorioso Señor Jesucristo no debe dar lugar a favoritismos. Supongamos que en el lugar donde se reúnen entra un hombre con anillo de oro y ropa elegante, y entra también un pobre desharrapado. Si atienden bien al que lleva ropa elegante y le dicen: «Siéntese usted aquí, en este lugar cómodo», pero al pobre le dicen: «Quédate ahí de pie» o «Siéntate en el suelo, a mis pies», ¿acaso no hacen discriminación entre ustedes, juzgando con malas intenciones? (Santiago 2:1-4)

  • con el personal.

Siga las normas de la iglesia y la confesión religiosa en los procesos de selección de personal. Abogue por unos sueldos y beneficios equitativos. Provea la afirmación, capacitación, evaluación y retroalimentación. Sea honesto con el personal con respecto a las áreas que deberían celebrar así como las que necesitan mejorar.

  • con los feligreses.

Asegure el acceso adecuado al personal para los feligreses. Predique y enseñe de una manera que responda a las necesidades de toda la congregación. Responsabilícese del bienestar de la congregación. Cuando alguien le solicite una ayuda que va más allá de su competencia personal, refiéralo a otros que tengan la experiencia requerida.

  • con la comunidad.

Con respecto a otros ministerios locales, procura edificar el Reino de Dios en cooperación y no en competición con ellos.  Ofrezca sus ministerios cristianos al público en lo posible. Fomente la buena ciudadanía.

  • con una congregación previa.

No busque feligreses de una iglesia donde usted ha servido anteriormente sin la autorización del pastor actual. Evite entrometerse con un antiguo ministerio.

 

Como ministro del evangelio, me comprometo a cumplir con las normas establecidas

por la Asociación Nacional de Evangélicos en el Código de Ética para los Pastores.

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